Saber limpiar pisos cerámicos rápidamente para evitar el deterioro con el paso del tiempo. Los suelos suelen ser una de las partes de los hogares, oficinas y locales que con mayor frecuencia están sucios. Por lo tanto, la limpieza siempre es absolutamente necesaria y debe llevarse a cabo en profundidad.
Si quieres evitar gastar dinero en sustituciones de pisos cerámicos y convertirte en un experto en mantenimiento y limpieza, presta mucha atención a los consejos que te proponemos a continuación.
Paso 1. Usa trapos de algodón o cepillos de dientes
Aunque las fregonas hacen que la limpieza de suelos cerámicos sea mucho más fácil. A veces es recomendable volver a las prácticas tradicionales de limpieza de los pisos.
Con un paño de algodón puedes acceder mejor a las diferentes partes de las baldosas y eliminar las manchas más superficiales.
Asegúrate de que los paños de algodón que utilices estén siempre en perfectas condiciones y renuévalos cada cierto tiempo.
Para los azulejos de baño y cocina puedes usar un cepillo de dientes viejo que decidiste dejar de usar. Es importante que mojes el cepillo en una solución de agua tibia y lejía, así que usa guantes para proteger tus manos.
La lejía permitirá desinfectar y eliminar la suciedad acumulada en el suelo de manera efectiva. En muchos establecimientos especializados en productos de limpieza se pueden encontrar cepillos de púas suaves para limpiar los suelos cerámicos.
Lo bueno de estos cepillos es que suelen ser más grandes que los cepillos de dientes habituales e incluyen algún tipo de asa o agarre.
Paso 2. Apuesta por el vinagre como desinfectante natural
Además de aromatizar los alimentos, el vinagre es uno de los desinfectantes más potentes que podemos encontrar en la naturaleza.
Es por eso que muchas personas lo usan en lugar de lejía para limpiar pisos cerámicos. Lo mejor es hacer una mezcla de agua y vinagre, preferiblemente blanco, y aplicarlo en las baldosas del piso con una fregona o un paño de algodón. Para que el fuerte olor a vinagre no persista, puede agregar un poco de ambientador a la habitación una vez que haya limpiado el piso y abierto las ventanas.
Otro de los usos más comunes del vinagre es eliminar la cal de la ducha y los grifos que siempre aparecen tras nuestro uso diario.
Paso 3. Agregue bicarbonato de sodio o amoníaco al agua que usa
La mezcla de agua y bicarbonato es muy efectiva para los azulejos de cocina, ya que tienen un gran poder desengrasante. Puedes utilizar una esponja suave para que al frotar no dañes las propiedades de la cerámica.
Además, el bicarbonato siempre ayuda a mantener el blanco de las baldosas de forma natural.
Para la limpieza con amoníaco siempre hay que tomar más precauciones porque es un producto muy corrosivo y causa irritación.
Nunca apliques amoníaco sin protección en sus manos y evite que sus ojos o nariz estén cerca de la mezcla que contiene este producto.
En hogares con mascotas o niños domésticos siempre es más recomendable utilizar productos naturales o que no tengan ningún componente tóxico.
Paso 4. Ilumina el suelo con cristales limpios
Si quieres hacer que tus azulejos brillen como el primer día, usa un poco de limpiador de vidrios. Con un pulverizador y un paño de algodón frota toda la superficie del suelo para que queden brillantes.
Es recomendable secar con un papel o trapo el suelo porque a veces el limpiacristales puede dejar algún tipo de valla o mancha cuando se secan. También existen productos que eliminan manchas y engrasadores que pueden añadir brillo a las baldosas cerámicas, pero siempre es recomendable probarlas antes de expandirlas por toda la superficie del suelo.
